DIA DE MUERTOS
DIA DE MUERTOS
Los días en que se lleva a cabo la celebración no son para todos los pueblos el 1 y 2 de noviembre, como lo marca el calendario católico; pues muchos grupos indígenas comienzan la conmemoración a sus familiares fallecidos desde el 28 de octubre y la terminan el 3 de noviembre.
La festividad del Día de Muertos se divide en dos partes. Una destinada a los niños o «angelitos» {Oct. 31 y Nov. 1} y la de los adultos {Nov. 1 y 2}. La colocación de las ofrendas se empieza a hacer dos días antes de las fechas indicadas, pues se tiene que preparar un altar adornado en forma de arco con rama de sauce, ya sea sobre una mesa o en la ausencia de esta, la ofrenda se pondrá en el suelo.
El altar estará adornado con flores de cempasúchil, flor de cacalosúchil, de diferentes colores y la flor de muertos, estas dos últimas de origen silvestre; además, se colocarán los alimentos que preferían los difuntos.
En el caso de los niños, quienes llegarán primero, la comida que se ofrendará será sin picante, acompañada con refrescos, atole, chocolate, café y el tradicional pan de muerto, este en su generalidad tiene forma humana, además se pondrán frutas, elotes hervidos o asados; dulces, por lo general con figuras de animalitos o angelitos, vasos con agua, veladoras y/o velas encendidas. Para darles el recibimiento adecuado, se tendrá que quemar la goma de copal tres o cuatro veces al día en un candelabro –recipiente de barro exclusivo para este rito– propiciando un aroma agradable que servirá como relajante y así puedan descansar los visitantes, pues se tiene la creencia que el recorrido debió ser agotador; todo lo anterior, será acompañado con el repiquetear de las campanas que se localizan en la torre de la iglesia del pueblo.
Por lo que respecta a las ofrendas destinadas a los adultos, éstas no variarán mucho, pero los alimentos ahora contendrán picante y serán acompañados con bebidas alcohólicas: aguardiente, mezcal, tequila, cervezas o brandy, además de refrescos y cigarros. Los preparativos y las ofrendas van de acuerdo a las condiciones económicas de las personas, ya que muchas de las cosas ofrendadas no se dan en la comunidad, lo que hace que los abitantes concurran a los mercados de Huajuapan, Oax., o Tehuacán, Pue., para adquirir los elementos faltantes, sin duda este desplazamiento hará que se gaste más de lo previsto.
Los muertos se van, y ahora, ¿qué sigue? Pues nos vemos en el panteón.